Tesoros Ajenos

Me hubiera gustado escribirlo yo, pero al menos he podido leerlo.

jueves, mayo 18, 2006

FAUSTO (Goethe)

¡Ay de mí! ¿Debo permanecer aún más tiempo en esta miserable prisión? ¡Maldito nido de tenebrosa muralla, en donde sólo penetra la clara luz del día a través de pintados cristales! Para mí el mundo es únicamente esta gran cantidad de libros y papeles sucios roídos por los gusanos que se a mi alrededor hasta tocar la elevada bóveda. Para mí el mundo se reduce a estos botes, a esos vidrios, a esos instrumentos, a esos muebles de mis antepasados... ¡Pobre mundo el mío!
Y aún me atrevo a preguntar, ¿por qué mi corazón se siente oprimido y late con angustia en el interior de mi pecho, por qué un dolor inexplicable detiene en mí toda pulsación vital, yo que vivo en medio de vapores dañinos y del aire corrompido, en vez de respirar el puro ambiente de la Naturaleza en cuyo seno Dios creó a los hombres, yo que sólo amontono junto a mí huesos humanos y esqueletos de animales?
¿Por qué no debo disfrutar del mundo? ¿Por qué no recorrer el espacio? ¿este misterioso libro de Nostradamus deja por ventura de ser un guía certero?¡Sí, conoceré el curso de las estrellas; y, si la Naturaleza quiere instruirme, sentiré desarrollar y engrandar mi alma, lograré saber de qué manera un espíritu habla con otro espíritu! ...

martes, enero 24, 2006

PRIMERA FILÍPICA (Demóstenes)

...Pero si dejando a un lado todo, comprendemos que cualquier hombre puede ser entendido como nuestro enemigo; que nos puede quitar lo que nos pertenece, ofendernos durante mucho tiempo; que en cada momento al contar con otros, cae encima; que el futuro está en nuestras manos, y que si ahora no queremos combatir allí, nos veremos obligados a hacerlo aquí, y nos fijamos en todo esto, nos habremos percatado de nuestros deberes y nos libraremos de discursos vanos. Porque no se trata de examinar lo que ha de suceder, sino de saber cierto que nos será adverso si no os tomáis en serio las cosas y cumplís con vuestro deber. Respecto a mí, nunca y en ningún caso, habría tratado de hacerme grato a vosotros diciendo cosas de que yo estuviese convencido de que os eran provechosas, y hoy mismo sin disimulo os he expuesto lo que pienso. Y tan cierto como estoy que os importa escuchar los mejores consejos, así querría saber yo qué provecho reportan al que los dan y me sentiría mucho más satisfecho. Ignoro qué resultados me producirá este proyecto. Sin embargo, por estar convencido de que os será útil si lo adoptáis, he querido comunicaroslo. ¡Venza el parecer que más beneficie a los intereses de todos!

miércoles, enero 18, 2006

ME SOBRA EL CORAZÓN (Miguel Hernández)

Hoy estoy sin saber yo no sé cómo,
hoy estoy para penas solamente,
hoy no tengo amistad,
hoy sólo tengo ansias de arrancarme de cuajo el corazón
y ponerlo debajo de un zapato.

Hoy reverdece aquella espina seca,
hoy es día de llantos en mi reino,
hoy descarga en mi pecho el desaliento, plomo desalentado.

No puedo con mi estrella.
Y busco la muerte por las manos mirando con cariño las navajas,
y recuerdo aquel hacha compañera,
y pienso en los más altos campanarios para un salto mortal serenamente.

Si no fuera ¿por qué? ... no sé por qué,
mi corazón escribiría una postrera carta,
una carta que llevo allí metida,
haría un tintero de mi corazón,
una fuente de sílabas, de adioses y regalos,
y ahí te quedas, al mundo le diría.

Yo nací en mala luna.
Tengo la pena de una sola pena que vale más que toda la alegría.

Un amor me ha dejado con los brazos caídos y no puedo tenderlos hacia más.
¿No véis mi boca qué desengañada,
qué inconformes mis ojos?

Cuanto más me contemplo más me aflijo:
cortar este dolor ¿con qué tijeras?

Ayer, mañana, hoy
padeciendo por todo,
mi corazón, pecera melancólica,
penal de ruiseñores moribundos.

Me sobra corazón.

Hoy, descorazonarme,
yo el más corazonado de los hombres,
y por el más, también el más amargo.

No sé por qué... no sé por qué ni cómo me perdono la vida cada día.

lunes, enero 09, 2006

ANA KARENINA (Leon Tolstoi)

...Es preciso aclarar esto y comprenderlo -pensaba,mirando fijamente la hierba sin hollar que se elevaba ante él y siguiendo los movimientos de un insecto verde que trepaba por un tallo de centidonia y que se detenía en su ascensión a causa de una hoja que le obstaculizaba el paso-. ¿Qué he descubierto? - Se preguntó, apartando la hoja para que no impediera pasar al insecto y acercándole otra hierba-. ¿Qué es lo que me alegra? ¿Qué he descubierto...? Nada, únicamente me he enterado de lo que ya sabía. he comprendido la fuerza que no sólo me ha dado la vida en el pasado, sino que me la da ahora también. Me he librado del engaño y he conocido a mi verdadero dueño. Antes decía que mi cuerpo, lo mismo que el de esa planta y el de ese insecto (Que no ha trepó la hierba, y desplegando las alas echó a volar) realiza las transformaciones de la materia de acuerdo con las leyes físicas, químicas y fisiológicas. Y que en todos nosotros, así como en los álamos, en las nubes y en las nieblas se produce una evolución. ¿Una evolución de qué? ¿Hacia qué evolucionamos? Una evolución infinita y una lucha... ¡Cómo si pudiera existir alguna tendencia y alguna lucha en el infinito! Y me sorprendía de que, a pesar de esa gran tensión mental en ese sentido, no se me aclarara el significado de la vida, el de mis deseos y aspiraciones. Ahora digo que conozco el sentido de mi vida: es preciso vivir para Dios y para el alma, A pesar de su evidencia, es misterioso y magnífico. Es el sentido de todo lo que existe...

lunes, enero 02, 2006

UNA VEZ TUVE UN SUEÑO (Pau Donés)

Casi treinta años y sigo soñando. Dicen que los sueños son cosa de niños. Que cuando uno se hace mayor debe enfrentarse a la realidad y dejarlos a un lado.
Pues yo digo que no. Que prefiero ser un niño, porque el soñar no tiene límites, ni impedimentos, ni trabas. Uno hace los sueños a su medida, y nada ni nadie puede entrometerse.
Creo en la gente que sueña. Porque los sueños son infinitos. Creo en la gente capaz de mover el mundo, con los ojos cerrados, aunque sólo sea por un instante, moldeándolo a su antojo.
Una vez tuve un sueño: Quería ser músico. No busqué una explicación. Ese era mi sueño, suficiente. Cada noche escribía canciones y tocaba mi guitarra, dormido. No importaba que nadie me escuchara. Ese era mi sueño y nadie podía privarme de él.
Y llegó el día que pensé que ese sueño podía hacerse realidad. ¿Dónde estaba la frontera? Aposté por ello. Nada que perder. Si la cosa salía bien, pues bien. Y si no, pues a seguir soñando. Porque, al fin y al cabo ¿Quién podía negármelo?
Todo esto va por la gente a la que no le asusta soñar ...y que no tiene miedo a intentar convertir sus sueños en realidad. Porque lo consigan o no, lo que vale es haberlo intentado.

lunes, diciembre 26, 2005

SCHINDLER'S LIST (Steven Spielberg)

-...El control es poder, eso es poder.
-¿Será por eso por lo que nos temen?
-Tenemos poder para matar, por eso nos temen.
-Nos temen porque tenemos poder para matar arbitrariamente. Un hombre comete un delito y sabe lo que puede pasarle. Hacemos que le maten y nos sentimos bien, o le matamos nosotros y nos sentimos aún mejor. Pero eso no es poder, es justicia, que es diferente del poder. Poder es cuando tenemos justificación para matar y no lo hacemos.
-¿Cree que eso es poder?
-Es lo que tenían los emperadores. Un hombre roba algo, le conducen al emperador, se echa al suelo ante él e implora clemencia. Él sabe que va a morir. Pero el emperador le perdona la vida, a ese miserable, y deja que se vaya.
-Creo que está borracho.
-Eso es poder Amon, ¡Eso es poder!.

viernes, agosto 05, 2005

DIARIO ÍNTIMO (Sören Kierkegaard)

...Imaginemos a un pajarillo: Por ejemplo, una golondrina cualquiera enamorada de una jovencita. La golondrina podría, por lo tanto, conocer a la muchacha (por ser diferente a todas las demás), pero la joven no podría distinguir a la golondrina entre cien mil. Imaginad su gran tormento cuando, a su retorno en primavera, ella dijera: Soy yo, y la joven le respondiera: No puedo reconocerte. En efecto, la golondrina carece de individualidad alguna. De ahí se deduce que la individualidad es el presupuesto básico para amar, la diferencia de la distinción. De ahí se deduce también que la mayoría no puede amar de veras, porque la diferencia de sus propias individualidades es demasiado insignificante. Cuanto mayor es la diferencia, mayor es la individualidad, mayores son los caracteres distintivos y mayores los rasgos reconocibles.