Tesoros Ajenos

Me hubiera gustado escribirlo yo, pero al menos he podido leerlo.

miércoles, septiembre 08, 2004

EL JARDINERO, XXXVI (Rabindranath Tagore)

Susurró: "Amor mío, levanta los ojos."
Yo le reñí mordazmente y le dije: "Vete."
Pero él no se movió.
Se quedó delante de mí y me cogió las manos.
Yo le dije: "Déjame."
Pero él no se fue.

Acercó su cara a mi oído.
Le miré y le dije: "¡Qué vergüenza!"
Pero a él no le importó.
Sus labios tocaron mi mejilla.
Yo temblé y dije: "Eres demasiado atrevido."
Pero él no sintió vergüenza.

Puso una flor en mi pelo.
Yo le dije: "Es inútil."
Pero él siguió sin moverse.
Cogió la guirnalda de mi cuello y se fue.
Yo lloro y pregunto a mi corazón:
"¿Por qué no vuelve?"