EL JARDINERO, XXXVI (Rabindranath Tagore)
Susurró: "Amor mío, levanta los ojos."
Yo le reñí mordazmente y le dije: "Vete."
Pero él no se movió.
Se quedó delante de mí y me cogió las manos.
Yo le dije: "Déjame."
Pero él no se fue.
Acercó su cara a mi oído.
Le miré y le dije: "¡Qué vergüenza!"
Pero a él no le importó.
Sus labios tocaron mi mejilla.
Yo temblé y dije: "Eres demasiado atrevido."
Pero él no sintió vergüenza.
Puso una flor en mi pelo.
Yo le dije: "Es inútil."
Pero él siguió sin moverse.
Cogió la guirnalda de mi cuello y se fue.
Yo lloro y pregunto a mi corazón:
"¿Por qué no vuelve?"
Yo le reñí mordazmente y le dije: "Vete."
Pero él no se movió.
Se quedó delante de mí y me cogió las manos.
Yo le dije: "Déjame."
Pero él no se fue.
Acercó su cara a mi oído.
Le miré y le dije: "¡Qué vergüenza!"
Pero a él no le importó.
Sus labios tocaron mi mejilla.
Yo temblé y dije: "Eres demasiado atrevido."
Pero él no sintió vergüenza.
Puso una flor en mi pelo.
Yo le dije: "Es inútil."
Pero él siguió sin moverse.
Cogió la guirnalda de mi cuello y se fue.
Yo lloro y pregunto a mi corazón:
"¿Por qué no vuelve?"
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